"El tiempo es la moneda de tu vida. No dejes que otros la gasten por ti."
Solo el tiempo que se nos ha dado es del que disponemos. Maldita la suerte de no saber cuándo ese reloj de arena dejará caer el último grano. Tal vez las personas no disponemos de la capacidad de saber cuando termina todo porque así somos más felices, más humanos. Todo en esta vida termina, y quien diga que no, miente.
La humanidad impuso los números como unidad de medida para tener un número exacto con el que contar, pero uno no siempre implica soledad ni tres son multitud. La única medida verdadera es el tiempo. Dedicamos muchísimo tiempo de nuestra vida a personas que solo merecían dos segundos. Lo único que es cierto es que ese tiempo nunca volverá. Jamás nadie podrá devolverte todo el tiempo que has desperdiciado con esas personas. No obstante, sí tenemos el poder de decidir con quién queremos desperdiciarlo.
El tiempo es así de villano. Cada vez va más rápido y convierte las horas en minutos y estos en segundos. La vida es corta. Cuando somos fiesta todo avanza rápido, deseamos enormemente que pare pero este no responde y sigue a toda máquina. Los días pasan como trenes y los años empiezan a pesar. ¿Qué espera la vida de nosotros?
El tiempo es escaso en ocasiones que necesitan mucho tiempo. Sin embargo, el poco tiempo del que disponemos lo aprovechamos eligiendo con quién queremos perderlo, ya que este escasea y debe ser bien empleado.
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