Querido diario,
Cuanto tiempo sin vernos, ¿eh? Siento haber estado tan distante durante estos últimos meses, siento no haber dado tantas señales de vida como me habría gustado. Tengo tantas cosas que contarte que no sé ni por donde empezar. Aquí todo es tan diferente... Se me hace duro no poder hablar contigo durante horas, contarte todas esas cosas que se mudan a mi cabeza para no dejarme descansar ni un segundo. Y créeme que lo intento, créeme que intento explicar de todas las formas posibles que cada vez se me hace más difícil sonreír, que una simple sonrisa no es suficiente para disimular esos malditos sentimientos que ya han aprendido a cobrar forma y que cada vez que aparecen manchan mi rostro de ese color transparente, intentando pasar desapercibidos para que no me dé cuenta de que hasta en mis peores momentos, cuando menos los necesito, estarán presentes.