lunes, 14 de marzo de 2016

CONSTRÚYEME TODA

Arráncame toda. No te dejes ni un pliegue de mi piel sin arañar. Arráncame todo lo que me duela. Que lo que duele, son las primeras capas. Arráncame pues la piel. Arráncame todo eso que no sea profundo. Arráncame los huesos, arráncame toda. Pero no me arranques el alma.

No me arranques el alma. Que me dice que está sintiendo demasiado, que hacía mucho tiempo que no sentía así. Ni tan bien. Rómpeme toda. Y todo. Rómpeme los esquemas, las teorías del amor. Que nada sirve ya. Y cuando esté rota, constrúyeme de nuevo. Conviérteme en todo lo que he querido ser y no soy. Conviérteme y protégeme.

viernes, 11 de marzo de 2016

SI FUERA LA PRIMERA VEZ

Conoces las zapatillas que llevas puestas, no es la primera vez que te las pones. Ni la segunda. Y por eso al llegar a casa te las quitarás con la ayuda del otro pie, sin ni siquiera preocuparte por si se están ensuciando. Pero si fuera la primera vez que te las pones, te las quitarías delicadamente.  Solo si fuera la primera vez. Ahora no. Ahora llegas a casa después de un día agotador y tiras el bolso y el móvil en la cama, pero si fuera nuevo lo dejarías con cuidado encima de la mesa y hasta tendrías miedo de que se rayara. Y lo mismo pasa con las personas, con tu pareja, con tu familia. Sabemos que están allí, y dejamos de mirarlos como la primera vez. Han pasado a la historia las miradas del primer encuentro, y tener que pensar la frase perfecta antes de decirla. Hemos dejado de conquistar día a día. Porque ya no es nuevo. Porque se consume.